A quien Bruno más añoraba de Berlín era a su abuela. Ella era muy amable
con él, comprensiva y cariñosa. No la veía desde la última cena de navidad que
fue antes de mudarse. Aquella noche Padre y ella se pelearon porque a Padre lo habían
ascendido y le habían dado un traje nuevo y eso a la abuela no le hizo ninguna gracia.
Y Bruno no entendía por qué razón ya que él pensó que todos deberían estar
contentos. Una tarde, Bruno le escribió
una carta a la abuela contándole su triste vida en Auchviz. A ver si ella lo
ayudaba
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