El Niño Del Pijama De Rayas
viernes, 8 de noviembre de 2013
El último capítulo
Después no se supo más de Bruno. El comandante ordeno a los saldados que buscase por todos partes pero solo apareció su ropa. Padre fue hasta el lugar donde apareció la ropa y comprobó que por debajo de la alambrada cabía un niño pequeño y pudo deducir lo que habría pasado por lo que se sentó en el suelo y lloro amargamente. Madre y Gretel regresaron a Berlín. Padre se quedó en Auchviz un año más. Un día se percató de que en la base de la alambrada había un hueco por donde cabría un niño. Entonces noto que las piernas le fallaban y se sentó en el suelo. Después de lo sucedido cuando llegaron a Berling Gretel pasaba mucho tiempo en su habitación llorando porque echaba de menos a su hermanito.
Unos meses más tarde unos soldados ordenaron a Padre que los acompañara y él fue sin protestar.
Lo que pasó al día siguiente
Bruno salió temprano de casa y fue a la alambrada en donde Shmuel lo estaría esperando cómo lo habían acordado. Allí lo espera Shmuel con un pijama y una gorra. El chico levantó la alambrada y se coló por el hueco y ahí fue en dónde ellos comenzaron su última aventura. Fueron a la zona de las casas. Entonces el chico se dio cuenta de que aquello no estaba bien. Unos soldados los agruparon a todos y los sacaron del cuarto en donde ellos se encontraban buscando al padre de Shmuel. Los metieron en un recinto largo y cálido, los soldados les dijeron a todos que les iban a dar un baño y les dijeron que se debían quitar la ropa para el baño que se debían dar. No entendían que pasaba y luego los metieron en la cámara en donde se iban a dar el “baño”, Bruno y Shmuel se tomaron de las manos y de pronto todo se quedó a oscuras.
Como se ideo la aventura final
Una tarde como tantas Bruno fue a ver a Shmuel. Este le contó que había desaparecido su padre (porque los separaron en los campos de concentración). Bruno le propuso a Shmuel entrar y ayudarle a encontrarlo en los campos de concentración. Acuerdan que al día siguiente Bruno se vestiría con el pijama de rayas que Shmuel le buscaría y se la llevaría en la mañana y se la pasaría atreves del alambrada para que Bruno se cambiara y entraría por la alambrada para comenzar a buscar al padre de Shmuel, Bruno veía eso como la última aventura, pero él no se daba cuenta de lo que pasaba ahí dentro (Bruno creía que los campos de concentración tenían cafetería, juegos entre otras cosas).Cada uno volvió a casa muy contento puesto que era el plan perfecto para despedirse.
La madre se sale con la suya
Bruno oye a Madre y Padre discutir sobre el regreso a Berlín, ya que la madre se da cuenta de lo que está pasando en los campos de concentración y ella no sabía que quemaban a los judíos y ella quería alejar de ese lugar a sus dos hijos a Bruno y a Gretel. Unos días después Padre llama al chico y le dice que van a regresar el, su hermana y Madre a su antiguo hogar ya que la madre creía que era lo mejor para los niños e igual para ella. La verdad es que no le hacía mucha ilusión al padre quedarse solo en ese lugar solo y un poco feo que era su trabajo. Además la madre se sentía descontenta con la vida que estaba llevando en Auchviz y aunque Bruno estuviera feliz ahí aparte de que ya no peleaba con Gretel y ya no parecía tan tonta de remate y en cuanto a Herr Liszttell y a María ya no peleaban tanto como en la casa de Berling. Bruno no sabía cómo decírselo a Shmuel.
El corte de pelo
Bruno llevaba mucho tiempo preguntándose qué porque él no podía cruzar el alambrado en él que se encontraba Shmuel, ni Shmuel cruzar donde estaba Bruno, esa era una pregunta qué día a día se hacían los dos niños. Un día Bruno decidió preguntarle a su hermana Gretel porque lo del alambrado y ella le respondió: “Los del otro lado de la alambrada eran judíos y ellos no querían que la gente que no fuese igual a ellos nazis se juntaran con ellos judíos. Una tarde Bruno fue al cuarto de su hermana, entonces ella grito y le enseño a Madre un diminuto huevo que había encontrado en su pelo. Resulto que tanto él como ella tenían piojos. A bruno le afeitaron la cabeza. Pensó que se parecía mucho a Shmuel (por lo cual más adelante en la historia veremos porque a Bruno no lo descubrieron en los campos de concentración).
Una cosa que no debería haber dicho
Una tarde Bruno bajó a la cocina. Vio a Shmuel al otro lado de la alambrada mientras fregaba unos vasos a órdenes de Kotler (algunas veces los que estaban en los campos de concentración eran llevados a la casa donde Bruno vivía, los llevaban a hacer obligaciones domésticas, como Pavel que era él que pelaba papas y a Shmuel lo llevaron a limpiar los vasos y cubiertos pequeños). Bruno le dio algo de comida. Cuando Kotler llego pregunto al chico que si había comido. Le dijo que se lo había dado Bruno pero este contesto que no conocía a ese chico. Después se sintió muy mal. A los pocos días se volvieron a ver, cuando Bruno vio a Shmuel se puso muy triste ya que por culpa de él, el comandante Kotler le dio una paliza por agarrar cosas de la casa. Él le pidió perdón y Shmuel acepto sus disculpas porque eran amigos.
Bruno cuenta una mentira muy razonable
Día con día Bruno mentía que iba a jugar al frente de la casa, porque él se escapaba mientras su madre tomaba una siesta o dormía, cuando su madre, Gretel o alguien más de la casa creía que estaba jugando en la hamaca que él había hecho, jugando bola o comiendo. Una tarde Gretel entro en la habitación de Bruno mientras este leía. A este se le escapo que de no ser por la lluvia podría estar jugando con Shmuel. Para arreglar su fallo invento que tenía un amigo invisible con el que jugaba. Su hermana se burló de él pero aun así el quedo satisfecho. Gretel cada día se hacía más pesada con todos los que la rodeaban y parte de eso lo fue gracias al comandante Kotler y a su profesor particular (ella se hizo extremadamente nacionalista).
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